martes, 22 de diciembre de 2009

Una botella vacía se parece a mi alma


Solícito el silencio se desliza por la mesa nocturna, rebasa el irrisorio contenido del vaso. No beberé ya más hasta tan tarde: otra vez soy el tiempo que me queda. Detrás de la penumbra yace un cuerpo desnudo y hay un chorro de música hedionda dilatando las burbujas del vidrio. Tan distante como mi juventud, pernocta entre los muebles el amorfo, el tenaz y oxidado material del deseo. Qué aviso más penúltimo amagando en las puertas, los grifos, las cortinas. Qué terror de repente de los timbres. La botella vacía se parece a mi alma.

lunes, 21 de diciembre de 2009


Los amantes fueron un día adolescentes
se arrancaron con furia el cordón umbilical
para entrar en algún cálido lugar de la mañana

Se cubrieron con sábanas oscuras
dolorosas y limpias
y empezaron a odiar
quiero decir
se amaron.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Los Amantes

Se habían encontrado hace poco.
Y hace pronto se habían separado,
llevándose cada uno consigo
su nunca o su jamás
su afirmación de olvido,
su golpeador dolor.

Pero el último beso
que volara de sus bocas,
era un planeta azul.
Girando en torno a su ausencia.
Y ellos vivían de su luz
igual que de su recuerdo.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Más poemas de palabra


Y ahora, abundante de ensueños y de grises,con esa eterna impotencia que no limpia el lenguaje, el miedo que se hace palabra para no ser miedo, todo lo que enciende luces y no se nombra por si muere, el resquicio de libertad que terco asoma; brazo roto, abril marchito, luna falsa, también falso el dolor que se vuelve costumbre; los labios en dudosas fuentes, los ojos todavía sedientos de estrellas, calandrias, mitos y otras elgadas inutilidades que los dioses derraman, la sonrisa en ayuno para que no traicione y una mentirosa amnesia de rechazos y deseos;con ruiseñores y congojas,o sea con nada, sólo con uno mismo dentro y fuera,dispuesto a que cada cosa recupere su alcurnia, su medida y su precio, se emprende la huida adonde aún no ha llegado el futuro

martes, 8 de diciembre de 2009

Me he sentado frente al silencio del atardecer -donde no llega el graznido de la modernidad- a indagar en el sentido de la vida, a contemplar la belleza de las piernas que pasan, distraídas, por mi puerta, ajenas al alboroto que levantan. Como si fueran pájaros que emigran.

viernes, 4 de diciembre de 2009

He pensado que acaso ni presientes cuánto silencio encierra mi silencio, cuánta pena encendida anda exhalando como ásperos aromas en el viento, cuánta impotencia espera agazapada en esta indiferencia voluntaria que me quema por dentro. He pensado que acaso es necesario participarte un nuevo sentimiento: este odio que me enciende las entrañas y navega en los cauces de sus fuegos cada vez que tus torpes injusticias me arrebatan el cielo.

He pensado que acaso deba darte de una vez y del todo y para siempre aquello que más quieres: el dominio absoluto de mi cuerpo. Pero a sabiendas que aún guardo en mis rincones la estructura de todos mis secretos, pero a sabiendas que, entre piel y sangre, no tendré para ti más que el silencio... hasta que entiendas que la arena fluye en los cristales ávidos del tiempo, y se marchita el agua en mis vertientes bajo la furia de tu sol hambriento, y la esperanza ya no tiene fuerzas para invocar la magia del recuerdo, y en su destierro de dolor, sin nombre, hay un antiguo amor que ya ha muerto por completo.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

¡Ciao!


.yo quiero decir adiós
yo quiero desaparecer
sin remordimientos
silbando una canción
con una gorra sobre el pelo sucio
el petate en la espalda erguida
silbando una canción
con cara de niña mala
el sol poniéndose a un lado
los pasos firmes
francos
pobres
con sabor a whisky
con sabor a ilusión
de noche clara
y luna llena
yo quiero decir adiós
yo quiero desaparecer
si el amor aún
está en otra parte

nomadismo interior
Orfeo dinámico
liposucción
a la prosaica partitura
del reloj pulsera
ácido acetil
por las tardes
pròxima estación
bla bla bla
despertador desodorante
des-eo des-aparecer

esa barrera adentro
la culpa de traicionar
la infelicidad
de los ancestros
que fueron esclavos
del miedo
y llamaron a ese temor
vida segura
honradez
sentar cabeza
des-eo des-aparecer

yo quiero desaparecer
bajo la lluvia
salir cuando la calle
desierta
que la noche
me coja la cintura
silbando esa canción
de que el mundo se acaba
esa bella canción
de mientras tanto
esa canción, sí,
de"moriré sola"
dentro de muchos años
tendré una sonrisa
en los labios
para desaparecer
silbando
yo quiero decir adiós
yo quiero desaparecer
si el amor aún
está en otra parte.

Despectiva en retro


Me registro los bolsillos desiertos para saber dónde fueron aquellos sueños.Invado las estancias vacías para recoger mis palabras tan lejanamente idas. Saqueo paradores antiguos, viejos zapatos, amarillentas fotografías tiernas, estilográficas desusadas y textos desgajados del Bachillerato, pero nadie me dice quién fui yo. Aquellas canciones que tanto amaba no me explican dónde fueron mis minutos, y aunque torturo los espejos con peinados de quince años, con miradas podridas de cinco años o quizá de muerto, nadie, nadie me dice dónde estuvo mi voz ni de qué sirvió mi fuerte sombra esculpida en presurosos desayunos, en jolgorios de aulas y pelotas de trapo, mientras los otoños sedimentaban de pálidas sangres las bodegas del mar.

¿En qué escondidos armarios guardan los subterráneos ángeles nuestros restos de nieve nocturna atormentada?

¿Por qué vertientes terribles se despeñan los corazones de los viejos relojes parados?

¿Dónde encontraremos todo aquello que éramos en las tardes de los sábados, cuando el violento secreto de la Vida era tan sólo una dulce campana enamorada?

Pues yo registro los bolsillos desiertos y no encuentro ni un solo minuto mío, ni una sola mirada en los espejos que me diga quién fui yo.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Tembl(ando)


Deja que me establezca en tu silencio. Afuera, las tinieblas liberan sus jaurías...
el odio está acechando en los senderos con los hocicos fétidos de sus perras hambrientas. Puedo escuchar las zarpas de la noche deshilachando tréboles, diseminando dagas de ceniza en muslos de violetas, enterrando en muñones de rocío su dardo agudo, su desnuda greda. Aquí, junto a tu pecho, las caricias construyen un lenguaje de vértigo y hogueras que llovizna en la piel de mi ternura como sobre una copa soñolienta donde el amor se fertiliza de raíces, de linfa y lunas ciegas. Vamos a enarbolar esta locura de ser sobrevivientes, a inaugurar liturgias infinitas a fecundar la sed de antiguas fiebres, vamos a naufragar en la esperanza como en un archipiélago desierto... hasta sentir que somos un refugio, una legión de sueños
sin fronteras donde la sangre eriza barricadas y quebranta las proas del olvido con sus amuralladas transparencias.

Time-emiT

Yo edificaré este amor con fragmentos de oscuras inocencias, con torpes esqueletos de caricias, con harapos de sueños, con astillas de heridas sin cerrojos, con retazos de olvidos, con silencios, con este terco corazón obrero enhebrando una a una las miradas hasta llegar al beso.
Yo edificaré este amor. Me desollaré las manos y el alma para hacerlo. Desgarraré la agonía de mis pieles en el seco perfil de tus misterios, en tu salvaje lluvia de raíces, en tu escasa ternura, en la eterna aspereza de tus miedos, en el rencor marchito de tu zarza, en la estirpe indomable de tus fuegos.

Yo edificaré este amor. Estableceré mi sumisión descalza como piedra y cimiento, lo pariré con la fuerza de la tierra en la orilla de enero, lo afirmaré como hiedra a tus murallas de aguijones sin tiempo... y lo sostendré a pura garra y dientes entre racimos de cuchillos negros.

viernes, 20 de noviembre de 2009

La dormida mujer

Desde aquí veo tu casa rodeada por el aire de esta mañana lívida. Veo tu puerta cerrada y el balcón entreabierto, siempre entreabierto para librarte de los sueños malos. Me asomo y veo tu cuerpo entre las sábanas,siento tu respiración lenta. Todo está vivo. La sangre cumple su trabajo y transcurre sin prisa por tus sienes para que tú te duermas. Miles de vidas siguen en un solo, prodigioso segundo de ese tiempo tan diferente al tiempo que nos manda a la calle y nos dicta sus leyes, nos obliga a correr y va pasando como pasan los ríos. Siento tu desnudo creciendo en la cama. Un cuerpo dormido nos entrega la paz del mundo. Me voy sin hacer ruido. Te dejo en el país construido por el sueño. Al irme siento que sonríes. Los ángeles del otoño, con un dedo en los labios, le ordenan a la vida que no te despierte.

miércoles, 18 de noviembre de 2009


...No se oyen pero escuchan. Están sentadas en la parte de atrás. Cuando por fin alzan la mano, descubren el rostro de una palabra con ojos de liebre asustada que huye de las cocinas, de los cuartos y las salas para asomarse -aunque sea por un instante- a un lugar sin paredes pero con alma...

¿qué hacemos si ésta relación se vuelve sólo sexo?

Éstos son los cuerpos de amantes que recuerdan. Cuerpos tatuados en lechos verdes y resucitados en la humedad para recibir la partícula invisible del amanecer y agotarte y agotarme hasta la última gota del diluvio. Líneas dibujando líneas. Cita dibujando en tu boca mi cuerpo, escritura arcana del deseo. Yo intuyendo que antes de ti era nada y ahora soy lenguaje. Detuvimos la flecha en el aire y nos trajimos los siglos. Despertamos al pez, al mono y al dinosaurio y escribimos sus nombres entre nuestro cuerpo epistolar, tembloroso, habitante. Estás a mi lado, sobre mí, en mí, dentro de mí transcribiendo los ritos del amor. Nuestros cuerpos de fibra vegetal se reciben, se rescriben, se reciben y se hacen mito. Siempre supimos la melodía pero ahora renacemos en la música.

martes, 17 de noviembre de 2009

Mujeriando - Reptiliando


Al entrar al templo está el agua salvadora de pecados fuente de perdón. Más allá el asombro de una virgen también bendita quisiera redimir a todas las mujeres. Bajan los santos y mártires en los cirios que prometen azucenas a las niñas. Pero el reptil era mujer contra mujer viviendo en el espejo de mundos donde la que se ve es la misma que se niega. Su lengua enrosca masculinas formas en adormecida voluntad acecha tras el árbol a otras hembras hasta alejarlas de sus adanes devaluados.

AMANDO-MANDO-ANDO

uno termina amando
el fastidio de los cuerpos

se nos llama santas
o putas

el caso es que andamos
por allí
intentando un homenaje
de techos bajos

un descuido
de lo indecible

martes, 10 de noviembre de 2009

Encogida de hombroS

Hoy a las dos y treinta de la tarde el patio de atrás de mi jardín en ruinas
era el paraíso que menciona La Biblia. No tuve duda de ello al sentir las caricias de la brisa y del sol sobre mis brazos y espalda. Los pájaros cantaban en lo alto de los árboles y las flores lucían sus colores pavoneándose. Al acercármeles las lagartijas no huían. Me miraban más bien estupefactas, casi desafiantes. No titubeé en probar la manzana madura que el Diablo me ofrecía. Lo vi llegar vestido de cantante de boleros: pantalón de paño y zapato negro, bohina y medias blancas. No tuve miedo. Era tan dulce su sonrisa y era tan simpática.
Otras veces lo he odiado. Le he tirado piedras. Lo he ensopado con la manguera y lo he perseguido con la escoba. Pero hoy un día martes del mes de noviembre mi patio era un sueño que se imponía al mundo y los copos de luz cubrían las hojas;
los muros derruídos quedaban traspasados por sus rayos infinitamente frágiles.

Miré al diablo y no quise agredirlo de nuevo. Acepté la manzana, que era roja igual que nos la ilustran los pintores del Renacimiento europeo. La probé y era suave
y tuve pena del Diablo y su destino. Todo lo que él quería que yo hiciera me parecía aburrido. Nada podía comparárse a la luz y a la brisa entretejidas sobre mi piel,hoy a las dos y treinta de la tarde en mi jardín cerrado entre muros antiguos.
Lo miré tristemente y me encogí de hombros y él se fue maldiciendo calle abajo
con el rabo metido entre las patas.

miércoles, 21 de octubre de 2009

contemplando 1 cuerpo

Si contemplo tu cuerpo que es una luna blanca esparcida sobre mis labios y miro tu rostro atalaya de mis sentimientos, siento tan cálido aliento, siento tu sangre que es lava rugiente
que todo me es ajeno y nada me pertenece. Entonces el día y la noche
se conjugan en una lágrima oscura. Siento estas manos, este cuerpo,
estos ojos invadidos por el cálido latido de tu universo,
a merced de tus brazos de dulce cera
me estremezco en un profundo hueco
sin latido, y el límite de la vida
se precipita ante mí,
ciñéndome la cintura
y es tu fulgor
palabra absoluta
y es tu sangre
mi eterno
minuto.


Amo mis huesos, su costumbre de andar rectos de levantar un semicírculo para abarcar el cielo
de encadenarse en filigranas diminutas para favorecer el movimiento; amo mis huesos con sus curvas, sus salientes y sus cuevas profundas.
Si hubiera sido insecto, también hubiera amado mis antenas como amo ahora mis ojos con sus cuencas y mis manos inquietas y toda esta estructura en la cual vivo, en la cual soy completa. Y le doy gracias al discutido Dios de creación perfecta o imperfecta, de existencia absoluta o no existencia, le doy gracias en uso de mi cuerpo y su esencia.
... Al menos, comprendo su intención: sé que era buena....
Mientras anochecía, los cristales estaban empañados. Se levantó y miró por la ventana.
Con la frente en el cristal yo mire su cuerpo desnudo, y su espalda aún brillaba en la sombra, mucho, mucho tiempo después.
¿Dónde estamos? ¿Qué ha sido de las dos? ¿Qué ha sido de nosotras?

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Que te deje en paz?

Me dices que dices no dices que te deje en paz
Que quieres que no quieres quererme
O tal vez deseas que no deseas dejar de verme
Piel y guerra de palabras en la piel
Que breve se desliza
Entre los dos sin rumbo y sin descanso
Continuidad lasciva que discontinua mueve
La verdad de los cuerpos que no descansan en paz
Que mueven y remueven el agua y la marea
De sentimientos que no llegan y se retrasan
En los líquidos que brotan y nacen
En los espasmos del espacio que encuentran
Y controlan los músculos de la emoción
Que desborda cualquier mesura o contención
Arrastra por la cama el sueño que no llega
Las ganas que se quedan mirando la espalda
Que brota frente a las manos que indagan
Y persiguen en su camino
Hallazgos sin sentido
Variaciones del espacio y la materia
Que viva se exalta y responde abierta
A la pregunta inquieta de la carne
Sin saber compendios de dicho arte
Manejando las distancias cortas
De parte a parte de los pies que fríos
Sienten hambre de caricias
De cualquier nombre
Y la boca pende del espacio del beso
Atornillado a la boca que herramienta
Usa el sentido y la caída en la cordura
Abierta en el lecho en cualquier postura
Y el pecho se vuelve enhiesto
Erguido navío que lanza al techo
Su mensaje de sombras y sigilos
Dulce mensaje para los dedos que navegan
Por esas aguas levantadas y redondas
Hacia el horizonte del sur donde el amanecer
Empieza a despuntar y el sol parece que sale
Y termina por levantar

sábado, 5 de septiembre de 2009

Y…
el llanto fue nuestra primera palabra.
El primer grito de llamado
al ausente y cálido refugio conocido.
La terrible expresión
de la primera soledad del cuerpo,
expatriado de su mundo visceral
y palpitante.

Y…
el frío fue nuestro primer encuentro.
El frío, el dolor y la sangre.
Nacimos entre sangre y llanto;
cortados a raíz y tajo
de la única patria intransferible
de hueso y carne.
El llanto fue nuestro primer idioma.
La sonrisa vino después,
quizás, nacida entre sueños,
al recuerdo de días anteriores al exilio,
junto al calor de un cuerpo,
o de la tibia lana,
que fingen el dulce clima
del sitio antiguo que añoramos siempre
y al que volvemos,
efímeramente,
entre el sueño y el orgasmo.

El llanto fue también
nuestra primer protesta,
el primer canto de denuncia
contra la miseria, la inermidad,
y el desamparo descubiertos.
Primera y perenne palabra,
el llanto ha de ser, también,
la última.

Sin sonido, quizás,
al despedirnos.
Y…
entre los dos:
La vida. La vida, ahí,
sin que sepamos
si ha sido algo más
que esta primera
y última palabra.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Famélico de labios



Bésame la boca con tu boca de rosas,
con tu boca de mirtos,
con tu boca de cáscara de naranja mandarina.
Bésame la boca
y ahuyenta mi tristeza de lata en la basura.
Llévame al garaje,
el día es frío y ando a tres pistones.
Bésame.
Famélico de labios me ato a la camilla
y fumo del recuerdo.
Bésame la boca,
píntate los labios de carmín oscuro
y bésame la boca
con tu boca de cáscara de naranja mandarina y goma

MAL DÍA

Hoy, como siempre, puse todas las esperanzas en que los dioses me fueran favorables.
Hoy que amaneció lloviendo, hoy sin paraguas, hoy que alimenté todas las ilusiones.
Hoy que salí acicalada porque no volvieran a irse de fiesta sin mí.
El presagio empezó a insinuarse, hoy, cuando puse la radio al levantarme
y apareció un tipo cantando "hoy que no estas".
Hoy
que la guerra sigue sin terminar y el hombre sigue amando el color de la sangre,
la resina del odio,
el hedor de las desdichas.
Hoy
el autobús ha pasado dos veces lleno. Hoy la planta carnívora del deseo
ha vuelto a morderme el corazón.
Entré al supermercado hoy, y han vuelto a subirle el whisky.
Hoy me siento más fracasada que nunca, el cartero ha pasado de largo
y tú no piensas volver.
Hoy
paseo de nuevo sola por las calles. Hoy sigo defendiéndome de mí,
de ti, de la tristeza.
Hoy de nuevo he perdido la partida, y son las horas muy largas,
y no he leído ni un verso, y he despistado a las musas, y tengo la sangre quieta.
Hoy ha faltado ese que me gusta, y ha oscurecido pronto,
y he vuelto a casa un poco triste.
Estaba la sala sola, desnuda y fría y el servicio contestador de Telefónica
me informa de que no tengo mensaje.

miércoles, 2 de septiembre de 2009



¿Que a dónde voy con esas caras tristes y un borbotón de venas heridas en mi frente?

Voy a despedir rosas al mar, a deshacerme en olas más altas que los pájaros,
a quitarme caminos que ya andaban en mi corazón como raíces...

Voy a perder estrellas, y rocíos, y riachuelitos breves donde amé la agonía que arruinó
mis montañas y un rumor de palomas especial, y palabras...

Voy a quedarme sola, sin canciones, ni piel,
como un túnel por dentro, donde el mismo silencio se enloquece y se mata.

lunes, 31 de agosto de 2009

NUNCA SERÁS


Yo soy esa mujer que vive alerta, tú el tremendo varón que se despierta en un torrente que se ensancha en río, y más se encrespa mientras corre y poda. Ah, me resisto, más me tiene toda, tú, que nunca serás del todo mío

INDOLENCIA


A pesar de mí misma te amo; eres tan vano
como hermoso, y me dice, vigilante, el orgullo:
«¿Para esto elegías? Gusto bajo es el tuyo;
no te vendas a nada, ni a un perfil de romano»

Y me dicta el deseo, tenebroso y pagano,
de abrirte un ancho tajo por donde tu murmullo
vital fuera colado... Sólo muerto mi arrullo
más dulce te envolviera, buscando boca y mano.

Son más pobres mis gestos.
Ya para cosas trágicas malos tiempos son éstos.
Yo soy la que incompleta vive siempre su vida.

Pues no pierde su línea por una fiesta griega
y al acaso indeciso, ondulante, se pliega
con los ojos lejanos y el alma distraída.

Se me va de los dedos la caricia sin causa,
se me va de los dedos... En el viento, al pasar,
la caricia que vaga sin destino ni objeto,
la caricia perdida ¿quién la recogerá?

Pude amar esta noche con piedad infinita,
pude amar al primero que acertara a llegar.
Nadie llega. Están solos los floridos senderos.
La caricia perdida, rodará... rodará...

Si en los ojos te besan esta noche, viajero,
si estremece las ramas un dulce suspirar,
si te oprime los dedos una mano pequeña
que te toma y te deja, que te logra y se va.

Si no ves esa mano, ni esa boca que besa,
si es el aire quien teje la ilusión de besar,
oh, viajero, que tienes como el cielo los ojos,
en el viento fundida, ¿me reconocerás?

domingo, 9 de agosto de 2009


Caigo sobre tu orquídea virgen.
De polen estelar tienes los pómulos cubiertos.
Alguien dijo que habías muerto para el canto y en realidad comienzas a vivir.
Hoy el frío mundo te gozará en el sueño del salmista.
Desde tu rostro el cielo crecerá más hondo
y el hombre sentado en tus rodillas
meditará y soltará una lágrima indefensa.




Tercer Mundo

Ella salía en las mañanas a buscar el desayuno
de la vida
En su saco de huesos gemía la esperanza
y tristemente con su fardo de arrugas imploraba
en los
(mercados
Toda la ciudad sabía el a b c de su desnutrición
En su falda de muertos reían a lágrimas
remiendos
(bochornosos
y una joroba inmensa al porte de la tierra
se hundía en la espalda de su alma
Pobre paraguas viejo inservible en el invierno
En su enfermo ramaje moría el pájaro cenital de
la
(alegría
En su nido de canas se apagaban los
crepúsculos
y lentamente como vela sombría
se perdía en la muerte

miércoles, 17 de junio de 2009

I remember I


Morena como tus ojos y tu cabellera.
Tus ojos como tu piel y como tus ojos.
Tus manos pequeñas y finas como tus manos.
Tu cuello se parece a tu cuello.
Tu cuello en el que quiero dejar, por siempre,
el collar de mi tiempo a destiempo, a tu tiempo;
a tu tiempo que vas trazando con tus piernas,
a tu ritmo, a tu tono.
A tu ritmo que sólo puede parecerse a tu ritmo.

Como tu cadera pequeña tu cintura;
tu cintura que quiero levantar para beber tu vida;
tu vida simple y delgada como tus brazos,
como el perfil de tus uñas,
como las líneas de tus pestañas y las de tu mano.

Morena.
Morena como tus ojos y tu cabellera
y tu cabellera alegre como tu voz que canta,
que vuela como tus manos y como tu mirada.
Tu mirada que mira como mira tu alma;
tu alma discreta y escondida como tu cuerpo.

Tu rostro igual a la luz de tu rostro,
a la luz que gira y rueda como tu risa.
Tu risa idéntica a tu risa,
a tu alegre cabellera y a tu prisa.

Tu frente alta como tu espalda.
Tus hombros abismados como tu barbilla;
tu barbilla graciosa y noble como tus pestañas,
tus pestañas parecidas al recuerdo de cuando eras niña.

Y tus labios, ah, tus labios,
y el perfume que persigue a tu perfume,
y la sombra que persigue a tu presencia.

Eres un recuerdo tuyo;
un recuerdo parecido a tu ausencia.
Me recuerdas a ti cuando te miro,
sola, simple,
infinita en tu propia belleza.

viernes, 12 de junio de 2009

desdesiertos

Tiras de mí, suave, certero;
vienes del sorbo a borde del labio sediento,
vienes del eco óntico divino,
de la cabal idea, de la espera metafísica
y me enjambras de emociones.
A pique en frenético entregarse
le ofrendo la entraña del volcán,
la tierra fértil, la mirada abierta.
Alud de gozos en el regocijo de los hallazgos,
en el dolorido luchar por ser distintos,
los dos forcejeando por el mundo,
saltándonos los muros, rasgándonos la piel…
Acostados sobre las pancartas
en el abandono del mundo,
siguiéndonos a donde queramos ir;
buscando las metáforas entre los días comunes
por el barullo de las calles vamos,
locos, anaranjados de sonrisas…
Desdesiertos.

jueves, 11 de junio de 2009

Proceso: ¡Acusado!

El que posee el oro añora el barro.
El dueño de la luz forja tinieblas.
El que adora a su dios teme a su dios.
El que no tiene dios tiembla en la noche.

Quien encontró el amor no lo buscaba.
Quien lo busca se encuentra con su sombra.
Quien trazó laberintos pide una rosa blanca.
El dueño de la rosa sueña con laberintos.

Aquel que halló el lugar piensa en marcharse.
El que no lo halló nunca
es un desdichado.
Aquel que cifró el mundo con palabras
desprecia las palabras.
Quien busca las palabras lo cifren
halla sólo palabras.

Nunca la posesión está cumplida.
Errático el deseo, el pensamiento.
Todo lo que se tiene es una niebla
y las vidas ajenas son la vida.


Tus labios han deletreado una sonrisa. Las palabras declinan como ocasos sobre los pétalos de los caminos. Un pajarito se ha dormido con un poco de luz sobre la piedad de tus manos y se oye palpitar un beso sobre el cansancio de tus ojos.

un LABIO-BIOLA dos


En nuestros labios quisieron enarbolarse
como ponientes
los gritos.
Luego, los horizontes se romperán como
cuerdas
y mi corazón vendrá a mí de nuevo.
Mi corazón ¡tantas veces ido!

amanecerrecenama

En el corazón de cada árbol
se ha estremecido la medianoche.

La noche se desmenuza
en lenta procesión de niebla.


Todas las tardes terminan su cansancio.

Los letreros luminosos duermen
el asombro de sus colores
y anticipan la contemplación de cada pobre.

En toda esquina vigila el sueño
y es tu recuerdo la única pena
que humilla la altivez de las aceras.

Lejos, el primer mendigo,
traiciona el portal donde ha dormido.

Y la ciudad se abre como una carta
para decirnos la sorpresa de sus calles.

calle

He vuelto a la calle ahondada de esperas
rezando ausencias que ya no serán más.
Calle poblada de voces humildes,
¡cuán cerca la hora en que él me querrá!

Sobre la tierra sumisa de ocasos,
pasaste a mi lado como un madrigal.
Toda la dicha se estuvo en mis ojos,
y fue leve cansancio la emoción de tu voz.

Calle: mi verso pronto irá hacia ti
honrado de emociones, como un abrazo
que anticipa olvido y soledades.

A la sombra del árbol del olvido,
a la orilla de Guad-El-Letheo,
allí hicimos los hoyos para clavar la tienda
y vivir esa tregua que el destino nos daba.

Por el cielo, las blancas palomas,
por el río, las pausas del agua,
de tu mano a la mía un olor transferible,
el efluvio del liquen entre cantos rodados.

Contaba. Contaste. Supimos al fin qué decirnos.
Un pacto inaudito, sonoro, vibrante,
tal el fuego que apaga las brasas al tiempo
de hacerse humo y ceniza en la sombra insaciable.
Y el color amarillo y supremo,
el color del color que se extingue,
que devora el ocaso apetente de tonos,
plenitud de lo efímero el recaudo en la luz vespertina,
y un solo quejido. Y un paso de ala.

A la sombra del río comenzaba a escindirse
en mitades el todo que fuimos.
El agua mostraba su rostro implacable y solemne,
la luz despaciosa, las manchas rodaban en cuestas abajo,

Supimos, supiste de mí lo que hubo,
lo que hubiera podido ser otra la forma de vida...

¡Ay, que fuese el adiós quien pudiera
descifrar el sentido de aquello que no comprendimos!

¡Que un instante, una tregua tuviera respuesta,
diera sentido a todo, creara mil lenguajes!

¡Ay, que todos los besos fueran un solo beso
y uno solo —este último— el amor condensara!

A la sombra del árbol del olvido,
a la orilla de Guad-El-Letheo,
tu mano queda y oigo la voz innumerable,
la eternidad que al otro lado clama.

miércoles, 10 de junio de 2009



La camioneta se deslizó como un jabón en la bañera
la muerte disfrazada de poste que en un toldo
la fábrica posesiona en el cielo
Ahí quedaron los tubos chamuscados
que forman un cordel momentáneo de gente
la hipnosis conjuntiva que me obliga a marchar
mientras el aire de todos tararea la contradicción
y en las carretillas un boquete de voces
cuelga del casco indiferente de un soldado
que la velocidad rescata en una mirada de pesca
Los floreros de verduras disipando el estío
de las manos tendidas
Las callosidades de mimbre esperando
el cambio intempestivo de la luz
como si no fuera suficiente el herbolario que mi madre
invoca para espantar lo que se resiste
La suerte hincada en la soldadura de zinc
que un huayno deshoja en el descolorido vertical
de la carretera
Los cerros de hormigón que llenan de plástico el alma.

jueves, 28 de mayo de 2009

El silencio,
¿un mutismo?
¿Musita el horizonte o tu propio interior?
Griterío ese árbolde la caoba,
¿harina o tu propio interior?
Lo salvaje,
¿esos tigres en oasis?
¿dormidos?
¿o tu propio interior?
Te escuchas... ¡tan lejano!...
¿eres tú lejanía o tu propio interior?

Te lo ruego


Me encontré tan menuda, tan encogida,

ovillada en eso que la taquicardia auguró.

Doce o trece horas de amor desmedido, maldita sea hoy,

cómo avanzabala sabandija entre mi letargo

haciéndome diminuta, el tiempo crecía.

Me puso las manosencima y me queda ese temblor.

sábado, 16 de mayo de 2009

¡Tú no sabes cuánto sufro! ¡Tú que has puesto mis tinieblas en mi noche,
y amargura más profunda en mi dolor! Tú has dejado, como el hierro que se deja en una herida,
en mi oído la caricia dolorosa de tu voz. Palpitante como un beso;
voluptuosa como un beso; voz que halaga y que se queja; voz de ensueño y de dolor.
Como sigue el ritmo oculto de los astros el océano‚ mi ser todo sigue el ritmo misterioso de tu voz.
¡Oh, me llamas y me hieres! Voy a ti como un sonámbulo con los brazos extendidos en la sombra
y el dolor... ¡Tú no sabes cuánto sufro! Cómo aumenta mi martirio, temblorosa y desolada,
la caricia de tu voz. ¡Oh, el olvido! El fondo obscuro de la noche del olvido donde guardan
los cipreses el sepulcro del Dolor. Yo he buscado el fondo obscuro de la noche del olvido,
y la noche se poblaba con los ecos de tu voz...

domingo, 26 de abril de 2009

Tal vez soy Demódoco y cuento las hazañas de Odiseo
O soy Odiseo escuchando el relato del ciego
Ya no fui lo que soy. El lenguaje me mata¡
Cuidado!
¡Voy a nacer!Digo: nazco.Lo repito, nazco.-
Mis nueve libras golpeadas. Mi grito que sale directamente de la carne
Mi primera y única palabra aprendida
Mi nombre. La delación y el bautismo hasta esos labios.
Los dientes rotos que me tiran, el prudente mendigo esquivándome
¡Tanta, tanta elocuencia!
Cuatro alfiles que me acosan, blanquísimos,pero untándose mi sombra
Mis pasos que abren tumbas. Yo mismo que corro despertando muertos
y despierto encerrado en otros ojos. Todo está detrás de mí ¡Sólo tengo espaldas!
¡Cuidado!

Tengo ojos, hay espejos.

Pero la imagen de una mano espuñando un erizo sugiere la derrota de la escritura como disponibilidad. El sentido, aquí, es lo sentido y lo sentido se agota exclusivamente en la mano, como tortura de la materia que se desplomaba para extenderse. En la palma de la mano, donde ya había un lenguaje, se inscriben otros signos: la mano es lo manchado, no la página. Perforada/ herida: la mano resume lo que tenía que decir: es lo que tenía que decir. Otra tautología, pero como apogeo de aquello que impulsa a decir, de todo aquello que inclina hacia la expresión. Y la expresión, en sí, en este caso, ¿qué rasgos deja? ¿Qué huellas hay de la vulnerabilidad ya asumida satánicamente? Con el erizo la mano traza simultáneamente un mismo signo y una pululación de signos que debiendo ser un solo signo repetido no aciertan a afirmar su identidad sino en la dispersión, en el desear-pajo. Un signo o quizá ninguno rodeado/ repetido por garabatos/asomos/ indicios de una escritura que se va de las manos. Vaciar el signo rebasándolo. Lo indecible, aquí, es lo que se dice sin que nada lo diga. Es el signo que prescinde de su propia significación al asumir su autonomía. La línea borrada por la censura borrada aquí también: no como ausencia de hueco sino como la caída de un hueco en otro hueco. Se trata de un exceso insuficiente. Pero el dolor de la mano que ha escrito es el dolor de la mano que iba a escribir y los signos trazados por las púas son espejos confrontados. Además, queda el erizo. Y no se ha aclarado si estaba o no estaba vivo ese erizo; si la mano, al mover las púas, movía lo que se movía, escribía lo que se escribía.

ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO Estás solo. O ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO Tu sombra te repite. ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO Tu nombre te repite. ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO Te repiten tus palabras. JO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO Tus silencios. SPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO Tus gestos, tu cara como piedra, te repiten. EJO ESPEJO ESPEJO Te repite el espejo enredado en el peine. ESPEJO ESPEJO ESPEJO La almohada atravesada por tus sueños. JO ESPEJO ESPEJO La lluvia disolviéndote. JO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO La risa o el llanto. ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO La mujer como una orilla entre tus manos. ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJOESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO Te repiten las puertas al dejarte pasar. ESPEJO ESPEJO ESPEJO Te repetirá la puerta cerrada al dejarte pasar. ESPEJO ESPEJO Las paredes que derrumbas te repiten. EJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO Los escombros que te cubren te repiten. O ESPEJO ESPEJO ESPEJO Si gritas, el grito te repetirá como la noche. O ESPEJO ESPEJO Si no gritas, la desesperación te repetirá SPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO E hasta los huesos. ESPEJO ESPEJO ESPEJO Esos huesos donde cuelgas te repiten. EJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO Toda tu vida te repite. EJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO Pero el asesino repetiría toda tu vida. O ESPEJO ESPEJO ESPEJO Estás solo, estás solo. EJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO ESPEJO

A una Ísla

Me ha dado por creerme Penélope: hermosa y bienamada,
tejedora sí soy para que alienten los que habrán de morir.
Es la mía la almohada más llorada del siglo.
Si yo fuera Penélope suelo que yo pisara sería Ítaca:
al regresar Ulisese estaré.
Quién cantará tus viajes infinitosPenélope:
tu Ulises era apenas un chiquillo chapoteando
en la fuente y aventurera inmóvil solo eres
como un rayo de luz sobre la tela confiscada a los dioses:
tejida sueño a sueño.
Hilo a prueba de nortes y de ausencias
con fibra de cereal desenredado...
Y mientras tu hombre frágil de prodigios destilaba su sombra
tú -tejedora máxima- le punzaras a su dolorosa memoria
el milagro callado de una isla.

domingo, 19 de abril de 2009

LISA

Cuando Lisa me dijo que había hecho el amor con otro, en la cabina telefónica de aquel almacén, creí que el mundo se acababa para mí. Un tipo alto y flaco y con el pelo largo y una verga larga que no esperó más de una cita para penetrarla hasta el fondo.
No es algo serio, dijo ella, pero es la mejor manera de sacarte de mi vida. J.A tenía el pelo largo y hubiera podido ser el amante de Lisa, pero algunos años después supe que había muerto en una clínica psiquiátrica o que se había suicidado. Lisa ya no quería acostarse más con perdedores. A veces sueño con ella y la veo feliz y fría en una ciudad diseñada por Lovecraft. Escuchamos música
(Sigur Ross, uno de los grupos preferidos J.A) y luego hicimos el amor tres veces. La primera se vino dentro de mí, la segunda se vino en mi boca y la tercera, apenas un hilo de agua, un corto hilo de pescar, entre mis pechos. Y todo en dos horas, dijo Lisa. Las dos peores horas de mi vida,todo esto se oyo desde el otro lado del teléfono.

martes, 7 de abril de 2009

No una brisa sino un torbellino de aire

Ha sonado un reloj la hora escogida de todos. ¿La hora? Cualquiera. Todas en una misma. Las cosas circundantes reconquistan color y forma. Los hombres se mueven ajenos a sí mismos para agarrar ese minuto índice que los conduce por varias direcciones estáticas. Siempre la misma carne apretándose muda a lo ya hecho. Me busco. Estoy aún en el paisaje lejos de mi visión. Sigo siendo mensaje lejos de la palabra. La forma que se aleja y que fue mía un instante me ha dejado íntima. Y me veo claridad ahuyentando la sombra vaciada en la tierra desde el hombre.

COMO SUELE PASAR, NO TE VAYA A ROBAR EL TIEMPO

Mientras no te diga lo que eres
Tu esencia estará sin destruirse,
Ante mis ojos: serás verdadera.

Sigo enamorada de tu imagen:
Eres una sencilla idea
De lo que quiero amar.

Eres una mentira en mi alma
Ahora solo un recuerdo,
Y un simple olvido ante mis ojos.

Más miedo de prodigio

Hoy en boca de otro te sentí tan real
Eres mortal, yo te hago Tótem
Pero eres divina, por tanto: Diosa.

Me case con tus ideas,
He sido Tú entre mis deseos
Y yo soy nada entre tu vida.

Me estas haciendo temblar:
Estoy temiendo ser descubierta.
¿Sera que fui vista
Por alguno de los que conoces?

Tengo miedo de tus pensamientos
Temo ser desechada…
¿Seré invocada con mis palabras
Pronunciadas en tu labios?

Seguiré temiendo por amarte
Pero más, por hacértelo saber,
Por que rompo la armonía de mi alma
Al estarte convirtiendo en realidad.
MUCHA GENTE SOÑANDO DE AMOR CON POEMAS ROTOS.
Y YO PONIENDO LA VOZ EN CANCIONES ROTAS PARA TI.

domingo, 15 de marzo de 2009

Siempre, todavía.




Toda tuya siempre todavía.
Tuya toda por siempre hasta hoy y luego,
Tuya siempre por que para ser, lo necesito,
Siempre toda tuya,
Siempre aunque siempre, nunca sea,
Toda integra, tuya siempre y hasta ahora
Hasta el próximo nuevo instante, cada vez.
Con todo el tiempo del mundo a nuestro alcance,
Todo el tiempo del mundo que es igual hasta la próxima mañana,
Toda tuya siempre, todavía.
Segura de sobrevivir siempre tuya,
Siempre tuya desde hoy en cada mañana y tarde,
De mañana.
Enamorada de ti, siempre y ahora, sin recuerdos,
En presente siempre amándote,
Eternamente tuya,
Toda tuya siempre todavía.

Enseñanzas de Ciudad

Sentados bajo los árboles dejamos correr el vino.
En las copas se mecen los cuervos y en el estanque
las ranas ensayan su partitura.
El eucalipto más viejo lleva una melodía moviendo apenas la fronda: el silencioes sin duda el arte más difícil.
Mientras la luz permanece y los años son ligeros
el mundo sólo muestra las hojas más brillantes.
Así, todos creemos que el tiempo no transcurre
por ser la hierba tan fresca.Pero la noche llega
y luego se vuelve lluvia bajo el peso de sus frutos.
Dolidos emprendemos el regreso y las ranas
que cantan los aires del verano nos recuerdan tristemente
que no existe un lugar para volver.