domingo, 15 de marzo de 2009

Enseñanzas de Ciudad

Sentados bajo los árboles dejamos correr el vino.
En las copas se mecen los cuervos y en el estanque
las ranas ensayan su partitura.
El eucalipto más viejo lleva una melodía moviendo apenas la fronda: el silencioes sin duda el arte más difícil.
Mientras la luz permanece y los años son ligeros
el mundo sólo muestra las hojas más brillantes.
Así, todos creemos que el tiempo no transcurre
por ser la hierba tan fresca.Pero la noche llega
y luego se vuelve lluvia bajo el peso de sus frutos.
Dolidos emprendemos el regreso y las ranas
que cantan los aires del verano nos recuerdan tristemente
que no existe un lugar para volver.

1 comentario:

STAROSTA dijo...

Tristemente nunca han existido, Pero tal vez, solo tal vez, porque no hagan falta, si se llevan bien adentro del alma...

STAROSTA
(UN PRODUCTO DE TU IMAGINACION)