miércoles, 9 de septiembre de 2009

Que te deje en paz?

Me dices que dices no dices que te deje en paz
Que quieres que no quieres quererme
O tal vez deseas que no deseas dejar de verme
Piel y guerra de palabras en la piel
Que breve se desliza
Entre los dos sin rumbo y sin descanso
Continuidad lasciva que discontinua mueve
La verdad de los cuerpos que no descansan en paz
Que mueven y remueven el agua y la marea
De sentimientos que no llegan y se retrasan
En los líquidos que brotan y nacen
En los espasmos del espacio que encuentran
Y controlan los músculos de la emoción
Que desborda cualquier mesura o contención
Arrastra por la cama el sueño que no llega
Las ganas que se quedan mirando la espalda
Que brota frente a las manos que indagan
Y persiguen en su camino
Hallazgos sin sentido
Variaciones del espacio y la materia
Que viva se exalta y responde abierta
A la pregunta inquieta de la carne
Sin saber compendios de dicho arte
Manejando las distancias cortas
De parte a parte de los pies que fríos
Sienten hambre de caricias
De cualquier nombre
Y la boca pende del espacio del beso
Atornillado a la boca que herramienta
Usa el sentido y la caída en la cordura
Abierta en el lecho en cualquier postura
Y el pecho se vuelve enhiesto
Erguido navío que lanza al techo
Su mensaje de sombras y sigilos
Dulce mensaje para los dedos que navegan
Por esas aguas levantadas y redondas
Hacia el horizonte del sur donde el amanecer
Empieza a despuntar y el sol parece que sale
Y termina por levantar

sábado, 5 de septiembre de 2009

Y…
el llanto fue nuestra primera palabra.
El primer grito de llamado
al ausente y cálido refugio conocido.
La terrible expresión
de la primera soledad del cuerpo,
expatriado de su mundo visceral
y palpitante.

Y…
el frío fue nuestro primer encuentro.
El frío, el dolor y la sangre.
Nacimos entre sangre y llanto;
cortados a raíz y tajo
de la única patria intransferible
de hueso y carne.
El llanto fue nuestro primer idioma.
La sonrisa vino después,
quizás, nacida entre sueños,
al recuerdo de días anteriores al exilio,
junto al calor de un cuerpo,
o de la tibia lana,
que fingen el dulce clima
del sitio antiguo que añoramos siempre
y al que volvemos,
efímeramente,
entre el sueño y el orgasmo.

El llanto fue también
nuestra primer protesta,
el primer canto de denuncia
contra la miseria, la inermidad,
y el desamparo descubiertos.
Primera y perenne palabra,
el llanto ha de ser, también,
la última.

Sin sonido, quizás,
al despedirnos.
Y…
entre los dos:
La vida. La vida, ahí,
sin que sepamos
si ha sido algo más
que esta primera
y última palabra.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Famélico de labios



Bésame la boca con tu boca de rosas,
con tu boca de mirtos,
con tu boca de cáscara de naranja mandarina.
Bésame la boca
y ahuyenta mi tristeza de lata en la basura.
Llévame al garaje,
el día es frío y ando a tres pistones.
Bésame.
Famélico de labios me ato a la camilla
y fumo del recuerdo.
Bésame la boca,
píntate los labios de carmín oscuro
y bésame la boca
con tu boca de cáscara de naranja mandarina y goma

MAL DÍA

Hoy, como siempre, puse todas las esperanzas en que los dioses me fueran favorables.
Hoy que amaneció lloviendo, hoy sin paraguas, hoy que alimenté todas las ilusiones.
Hoy que salí acicalada porque no volvieran a irse de fiesta sin mí.
El presagio empezó a insinuarse, hoy, cuando puse la radio al levantarme
y apareció un tipo cantando "hoy que no estas".
Hoy
que la guerra sigue sin terminar y el hombre sigue amando el color de la sangre,
la resina del odio,
el hedor de las desdichas.
Hoy
el autobús ha pasado dos veces lleno. Hoy la planta carnívora del deseo
ha vuelto a morderme el corazón.
Entré al supermercado hoy, y han vuelto a subirle el whisky.
Hoy me siento más fracasada que nunca, el cartero ha pasado de largo
y tú no piensas volver.
Hoy
paseo de nuevo sola por las calles. Hoy sigo defendiéndome de mí,
de ti, de la tristeza.
Hoy de nuevo he perdido la partida, y son las horas muy largas,
y no he leído ni un verso, y he despistado a las musas, y tengo la sangre quieta.
Hoy ha faltado ese que me gusta, y ha oscurecido pronto,
y he vuelto a casa un poco triste.
Estaba la sala sola, desnuda y fría y el servicio contestador de Telefónica
me informa de que no tengo mensaje.

miércoles, 2 de septiembre de 2009



¿Que a dónde voy con esas caras tristes y un borbotón de venas heridas en mi frente?

Voy a despedir rosas al mar, a deshacerme en olas más altas que los pájaros,
a quitarme caminos que ya andaban en mi corazón como raíces...

Voy a perder estrellas, y rocíos, y riachuelitos breves donde amé la agonía que arruinó
mis montañas y un rumor de palomas especial, y palabras...

Voy a quedarme sola, sin canciones, ni piel,
como un túnel por dentro, donde el mismo silencio se enloquece y se mata.