miércoles, 21 de octubre de 2009



Amo mis huesos, su costumbre de andar rectos de levantar un semicírculo para abarcar el cielo
de encadenarse en filigranas diminutas para favorecer el movimiento; amo mis huesos con sus curvas, sus salientes y sus cuevas profundas.
Si hubiera sido insecto, también hubiera amado mis antenas como amo ahora mis ojos con sus cuencas y mis manos inquietas y toda esta estructura en la cual vivo, en la cual soy completa. Y le doy gracias al discutido Dios de creación perfecta o imperfecta, de existencia absoluta o no existencia, le doy gracias en uso de mi cuerpo y su esencia.
... Al menos, comprendo su intención: sé que era buena....

No hay comentarios: