miércoles, 21 de octubre de 2009

contemplando 1 cuerpo

Si contemplo tu cuerpo que es una luna blanca esparcida sobre mis labios y miro tu rostro atalaya de mis sentimientos, siento tan cálido aliento, siento tu sangre que es lava rugiente
que todo me es ajeno y nada me pertenece. Entonces el día y la noche
se conjugan en una lágrima oscura. Siento estas manos, este cuerpo,
estos ojos invadidos por el cálido latido de tu universo,
a merced de tus brazos de dulce cera
me estremezco en un profundo hueco
sin latido, y el límite de la vida
se precipita ante mí,
ciñéndome la cintura
y es tu fulgor
palabra absoluta
y es tu sangre
mi eterno
minuto.

No hay comentarios: