martes, 17 de noviembre de 2009

Mujeriando - Reptiliando


Al entrar al templo está el agua salvadora de pecados fuente de perdón. Más allá el asombro de una virgen también bendita quisiera redimir a todas las mujeres. Bajan los santos y mártires en los cirios que prometen azucenas a las niñas. Pero el reptil era mujer contra mujer viviendo en el espejo de mundos donde la que se ve es la misma que se niega. Su lengua enrosca masculinas formas en adormecida voluntad acecha tras el árbol a otras hembras hasta alejarlas de sus adanes devaluados.

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